top of page
para%20blog%205_edited.jpg
HABITANTE del  MISTERIO

Bajo el cielo de Artemisa

en tierras del gran Alejandro

al final de la vía de mármol

flanqueada por rotas columnas

entre restos de templos y de casas

sin buscarnos

al pie de estatuas sin rostro

en la grandiosa biblioteca de Celso

nos hallamos.

Cavilamos -como en casa-

del sentido del origen de la vida

de la muerte de la muerte

de lo eterno del amor

de la risa de la nada.   

Bajo el colosal sol de Éfeso

con pasos sigilosos -como en casa-

se me acerca invitándome caricias

y me ofrece -como siempre-

esa la clave de milenios infinitos

encriptada

en las líneas verticales de su iris

solamente a su silencio de felino

revelada.  

DE BARRO y ASFALTO

Ciudad de papel,

sonora en los destellos,

urgente en las distancias.

La sonrisa de Gardel,

Ilumina adoquines perfumados.

Entre puchos y ginebras,

y en la borra del café,

se evaporan las nostalgias.

La noche apacigua

desventuras

junto al río malhadado.

Lejana

la autopista

predice cicatrices enlodadas.

Por rieles desbocados

la vida busca vida

huyendo al conurbano.

 

  Acá se vuelve verde el cielo

 en un aliento de pájaros

 Revuelto de botellas,

 de carros,

 sin agua y sin asfalto,

 vive el barrio

 la fiesta del asado.  

 

 La plaza luce a voto,

 a fiesta en día domingo,

 vestida en pasacalles,

 pintada a contramano.

AMANCER sin RETORNO 

Disímiles ojos, iguales miradas.
Huellas sobre huellas
—el camino eterno, circular el tiempo—
con pasos distintos, idénticas marcas.
Desde lo profundo
selva y piedra
desde lo elevado
selva y piedra
miles de brazos me buscan.


Desde lo más alto
piedra y agua
desde lo más hondo
piedra y agua
miles de voces me alcanzan.
Mama Quilla duerme.
Cielo y luz, Tata Inti estalla.


Amanezco en Machu Picchu.
Y no hay retorno.

 

DÍA de DIFUNTOS

Acércate, muertito de mi vida.

El vaso está marcado,

la mesa está servida.

Sobre mantel de flores,

horneadas escaleras

del trigo hecho harina,

ofrendas de un amor

intenso en la partida,

esperan tu regreso,

tu voz: mi propia vida.

 

Acaso en la mañana,

si el agua está en faltante,

no vuelva a mis rutinas.

 Acaso en la mañana,

la marca no desdiga

la muerte que no mata.

 Acaso en la mañana

la cita no termina.

 

Si el agua está en faltante,

si hay peldaños en migas,

sabré que has vuelto, amor.

Y el tiempo será injusto

sin bocas ni pupilas.

 Y amaré tanto a la muerte

que olvidaré esta vida.

 

    Por escaleras azules 

       bajaré todos los pozos.

         Entre ausencias feroces

              tu voz... será mi guía.

UN POCO MÁS 

Hoy he visto una mujer. Hoy,  acaba de nacer.

Fijé en sus ojos los míos,

ella también detuvo su mirada en mí.

Lleva la belleza y el bien en sus pequeñas pupilas.

Parte de un estratégico destino dormita

delineado en el iris de uno de sus ojos;

y en el otro, el azar es misterioso.

Sé que desde hoy,

incapaz en descifrar herméticos diseños,

e inhabilitada para predecir fortunas,

intentaré imaginar infinitos futuros de armonía

en su mirada.

Sé que desde hoy, empeñada en su felicidad, seré mejor.

 

Hoy me ha sorprendido otra mujer.

Hoy, por primera vez, acaba de parir.

Me ha mirado como nunca antes, y me ha visto diferente;

acaso se ha reconocido en mí,

acaso se ha encontrado, definitivamente, conmigo.

Yo siento en ella apenas otra…

Es para mí la misma chiquita

en cuyos ojos deseo advertir, siempre, la felicidad.

 

Hoy he visto una mujer, he visto dos, y somos tres.

Hoy supe del amor, un poco más.

bottom of page